La ketamina es una sustancia misteriosa, versátil y ambivalente: se utiliza como anestésico en los quirófanos desde los años 60, como droga recreativa en las fiestas trance desde finales del siglo XX y más recientemente se ha convertido en el único medicamento psicodélico de uso autorizado en los tratamientos de salud mental, principalmente, pero no solo, para la depresión mayor.
Esta versatilidad ha convertido a la ketamina en el “Caballo de Troya” de los psicodélicos en el campo de la psiquiatría, parafraseando a Celia Morgan, investigadora de la Universidad de Exeter. Morgan participó en la pasada edición de Fuertedélica, celebrada el pasado mes de noviembre en Fuerteventura, en la mesa redonda ‘Saliendo del agujero: ketamina y salud mental’, junto con Estefanía Moreno, de Clínica Synaptica, y Eduardo Hidalgo [puedes acceder a la grabación de esta mesa redonda en este enlace].
La combinación de ketamina y terapia se utiliza en pacientes diagnosticados con depresión mayor resistente al tratamiento, es decir, aquellos que han fracasado en al menos dos tratamientos farmacológicos con antidepresivos clásicos.
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No obstante, el ámbito de actuación del fármaco es mucho más amplio, como pone de manifiesto este testimonio de un paciente de Clínica Synaptica:
«Como persona que ha luchado durante años con una terrible ansiedad y un trastorno de pánico, la ketamina ha cambiado mi vida. Probé muchas pastillas diferentes, pero cada una tenía un efecto secundario distinto que hacía insoportable vivir con ellas. Luego descubrí la ketamina. En los seis meses siguientes, después de comenzar con la ketamina, dejé gradualmente todos los antidepresivos sin que regresara una ansiedad significativa. Ahora realizo sesiones de mantenimiento, y gracias a ellas mi ansiedad y pánico se mantienen en los niveles más bajos que he experimentado en más de 15 años. Además, me brindan un momento de paz absoluta, en el que me desconecto del mundo y puedo estar solo conmigo mismo. Ha sido una gran terapia para mí y la recomendaría a cualquier persona que esté luchando con trastornos de salud mental para los que la ketamina pueda ser de ayuda.» A.A.
Al igual que otros psicodélicos, la ketamina genera neuroplasticidad en el cerebro, de modo que su rango de actuación va más allá de una sola patología o diagnóstico. Según señaló en su ponencia la psicóloga Estefanía Moreno, de Clínica Synaptica, «donde vemos más eficacia es en el trastorno depresivo mayor, si bien la ketamina también se muestra eficaz en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), estrés postraumático, trastorno de déficit de atención, ansiedad, dolor crónico o abuso de sustancias».
El ‘boom’ de las clínicas de ketamina
Clínica Synaptica, pionera en su campo, opera en Barcelona desde 2022. En Estados Unidos ya son 800 los centros que ofrecen KAP (Ketamine Assisted Psychotherapy), desde que en 2011 abriera la primera clínica en Arizona. La explosión de los tratamientos con ketamina ha corrido paralela a la crisis de salud mental que asola el país: se estima que el 25% de la población de EE.UU. está diagnosticada con alguna enfermedad mental.
Un cambio de paradigma en salud mental
Precisamente, sacar el diagnóstico del centro de la ecuación y poner en su lugar al paciente es el principio rector de la terapia asistida con ketamina y, más ampliamente, de la terapia asistida con psicodélicos, tal y como expresó la doctora Moreno durante su charla en Fuertedélica:
«Estamos en un cambio de paradigma; estamos saliendo de la eficacia del fármaco (propia de la neurofarmacología más tradicional) y vamos hacia la eficacia de la experiencia (…) La idea de la psiquiatría basada en la transformación, que va más allá de la disminución del síntoma y que pretende la transformación del individuo. Si estamos haciendo un cambio de paradigma, hagámoslo de verdad: saquemos a la patología del centro y pongamos en su lugar al paciente».
PsychedeliCare
El citado cambio de paradigma va más allá de la ketamina, y engloba otras sustancias psicodélicas con gran potencial terapéutico pero cuyo uso está prohibido en la mayoría de los países. Para apuntalar este cambio de paradigma, una iniciativa ciudadana europea ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas –PsychedeliCare– para llevar la terapia asistida con psicodélicos al Consejo de Europa.
Òscar Parés, coordinador de Clínica Synaptica, explica la relevancia de este movimiento reformista:
«El estigma sobre los psicodélicos y las personas que los usan es un legado de las leyes prohibicionistas. Urge reparar este error histórico con políticas basadas en evidencia científica y los derechos humanos. La reforma legal es crucial para desencadenar todo el potencial de las sustancias psicodélicas para aquellas personas y comunidades que se puedan beneficiar de su uso».
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En este enlace puedes ver la mesa redonda ‘Saliendo del agujero: ketamina y salud mental’.
Firma la campaña para regular la terapia asistida con psicodélicos en Europa.