Ketamina: ¿milagro terapéutico o puerta al abismo?

Mientras algunos la celebran como una revolución psicodélica en la salud mental, otros alertan de su uso compulsivo en entornos recreativos. La ketamina —anestésico, disociativo, psicodélico y catalizador terapéutico— fue protagonista de una de las mesas más intensas de la pasada edición de Fuertedélica, el encuentro internacional sobre cultura y ciencia psicodélica.

Las intervenciones de Estefanía Moreno, Eduardo Hidalgo y Celia Morgan revelaron no sólo las múltiples caras de esta molécula, sino también las fracturas en el modo en que la sociedad aborda el sufrimiento, la transformación y el placer. En medio de la creciente expansión de clínicas privadas que ofrecen tratamientos con ketamina, y con países como Australia regulando su uso en terapias psiquiátricas, el debate ya no es si la ketamina funciona, sino cómo, para quién y en qué contexto.

«La ketamina es un anestésico, es una sustancia que ayuda a salvar vidas… y también a quitarlas, como en las inyecciones letales en la pena de muerte. Es una droga terapéutica y una droga de fiesta. Es una droga con la que puedes tener experiencias sexuales metacósmicas… y con la que puedes perderlo todo». Así irrumpía el psicólogo y escritor Eduardo Hidalgo, autor del libro Ketamina, de la Colección Psiconáutica, en una de las intervenciones más polémicas de Fuertedélica 2024.

El tono estaba marcado. En una mesa redonda que no rehuyó la controversia, Eduardo, Celia Morgan (profesora e investigadora en la Universidad de Exeter) y Estefanía Moreno (psicóloga clínica en Synaptica) ofrecieron una visión caleidoscópica de esta sustancia que, como apuntaba Hidalgo, «pasó de los tanques de deprivación sensorial a las raves… Y de ahí, al diván del terapeuta».

Del quirófano al club… y a la consulta

La ketamina es una molécula anfibia: se desliza entre contextos clínicos, festivos y espirituales con la misma naturalidad con que disuelve el ego. «Tiene un mecanismo de acción complejo», explicó Estefanía Moreno, «pero su principal acción es como antagonista no competitivo del receptor NMDA. Promueve la neuroplasticidad… y eso abre una ventana para el cambio».

En su clínica, explicó Estefanía, trabajan con un modelo que combina psicoterapia y ketamina: «Los pacientes que recibimos llegan con mucho sufrimiento. Muchas veces han probado de todo, y vienen cuando ya no les queda nada». En este abordaje integral, el vínculo con el terapeuta, la preparación de la experiencia y la integración posterior resultan claves: «Es esencial crear un buen setting interno, para que la experiencia tenga un sentido sanador».

La doctora Moreno rompió una lanza en favor de la experiencia psicodélica como motor de sanación: «La conciencia expandida tiene un poder sanador. Permite descansar de los patrones habituales del yo, acceder a memorias difíciles desde otra perspectiva. A veces aparecen símbolos que marcan la evolución del proceso, como una paciente que pasó de ver templos subterráneos ocultos a una diosa que emergía luminosa de un templo maravilloso».

La dimensión simbólica, defendida también por Morgan, cobra especial relevancia: «Hicimos un estudio cualitativo donde los temas de conexión y transformación eran los más recurrentes. El contenido simbólico profundo todavía está poco explorado… pero sería fascinante hacerlo».

El reverso tenebroso

Frente a los relatos esperanzadores, Eduardo Hidalgo se encargó de recordar que la ketamina también tiene una historia oscura: «Los consumidores que más problemas tuvieron eran adultos funcionales, con educación universitaria, que buscaban autoconocimiento… y acabaron destrozados». En los noventa, recuerda, «la sustancia se democratizó: pasó de la élite psicodélica a la calle. Y muchos se engancharon sin saber qué estaban tomando».

Sus advertencias no resultan menores en un momento en que la ketamina vive un nuevo auge internacional. En octubre de 2023, la FDA en EE UU alertó sobre el mal uso creciente de ketamina off-label, especialmente en clínicas privadas donde se prescriben dosis elevadas sin acompañamiento psicoterapéutico.

«Estamos ante un cambio de paradigma», insistió Moreno. «Salimos de la psiquiatría de la eficacia farmacológica y entramos en una psiquiatría basada en la transformación». Morgan añadió: «Cuando las experiencias se acompañan bien, se pueden convertir en momentos clave de conexión, de sentido».

El uso terapéutico de ketamina se encuentra lejos de ser la panacea. Pero cuando se acompaña con respeto, preparación y seguimiento, puede ser —según los ponentes— una herramienta poderosa. Una puerta que se abre, sí… pero que hay que saber cruzarla.

Formación en terapia asistida con ketamina

Durante la Fuertedélica Week 2025, la Clínica Synaptica ofrecerá un curso especializado en terapia con ketamina, donde se profundizará en todos estos aspectos: desde el abordaje clínico hasta el acompañamiento ético, el trabajo con simbolismo, y los riesgos del mal uso. Será una oportunidad única para profesionales del ámbito clínico, terapéutico y social que deseen entender el verdadero potencial —y los límites— de esta molécula inclasificable.

Si este tipo de conversaciones te resuenan, si quieres escuchar a quienes están cambiando la manera en que entendemos la conciencia, el sufrimiento y la sanación, no te pierdas la próxima edición de Fuertedélica. Este año reuniremos de nuevo a voces clave del mundo psicodélico, terapéutico y artístico para seguir explorando, cuestionando y aprendiendo colectivamente. Reserva ya tu entrada aquí.

Introducción a la psicoterapia asistida con ketamina, jueves 6 de noviembre, 16-21h. Corralejo.