«Un peligro acecha a la ayahuasca: la apropiación espiritual»

¿Qué peligro acecha a la ayahuasca? En 2018, a raíz del trágico asesinato de la maestra Olivia Arévalo a manos de un turista ayahuasquero, los curanderos de la etnia shipibo-konibo fundaron ASOMASHK, una asociación que agrupa a más de 150 médicos tradicionales que trabajan todos los ámbitos de la medicina tradicional de esta etnia amazónica, incluyendo ayahuasqueros y vegetalistas, pero también traumatólogos y parteras.

Walter López ha ejercido como presidente de la asociación desde su fundación y, cuando tuvimos ocasión de entrevistarlo, en Pucallpa (Perú), el pasado mes de enero, acababa de ser reelegido para el cargo por cinco años más. 

En esta entrevista, este médico ancestral con treinta años de experiencia desgrana las oportunidades y riesgos que implica la expansión de la ayahuasca en el mundo, alerta sobre el «uso recreativo» de la bebida sacramental y explica el proyecto ASOMASHK de legitimar científicamente la ayahuasca para que deje de considerarse una «medicina alternativa» y sea reconocida como una «medicina integrativa».

Éste es un pequeño extracto de la entrevista que será proyectada durante Fuertedélica el próximo 22 de noviembre, un avance de la tercera parte de la serie documental Voces de la ayahuasca, impulsada por Plantaforma.

«La popularidad de la ayahuasca trae consigo un peligro: el mal uso de esta medicina».

El ayahuasca o la ayahuasca se ha hecho popular, se ha hecho conocido… Es más famoso que cualquier otro «artista», digámoslo así. La ayahuasca se ha expandido a Latinoamérica, Europa, Asia… quién sabe. Pero también trae consigo esta popularidad un peligro, porque estamos dando un mal uso, porque uno no sabe cuáles son los beneficios que puede traer, pero la ayahuasca también puede traer perjuicios.

Nosotros decimos dentro de nuestro mensaje: la ayahuasca puede ser buena medicina, pero también puede hacer mucho mal para la salud humana si hacemos un mal uso. Y ahora estamos haciendo un mal uso, aprovechando de repente su popularidad, estamos llegando a las personas de una manera equivocada. Las personas que están en una desesperación por alguna enfermedad o necesidad quieren alguna solución y cae en manos de personas que no tienen la más mínima preparación sobre la ayahuasca. Esas personas empeoran su salud en lugar de mejorarla. Cada vez más gente llega a esta región cuando ya están en un problema muy serio y le preguntamos por qué. «Porque hemos tomado ayahuasca en tal centro, en tal país, pero me fue muy mal. Fui a un viaje tan profundo pero no regresé y eso me vuelve loco a mí porque no siento que tengo una vida».

«He visto fiestas en Europa donde se sirve la ayahuasca como si fuera una droga más».

Nosotros usamos ayahuasca en un momento de cura de tratamiento para poder ayudar a mejorar la salud de esa persona, no porque me gusta tomar una copa y para poder relajarme y alucinar. Yo vi en Europa una fiesta psicodélica donde están el alcohol y las drogas, y la ayahuasca se estaba sirviendo como una droga más. Hay mucha gente que ha empezado a tomar dentro de esas fiestas.

Lo que nosotros hacemos es ritual de cura, donde tenemos al maestro tomando allá abajo y el paciente sólo recibe los cánticos de curación, y después recomienda qué plantas necesita para su tratamiento, ya sea la raíz, la corteza, las hojas o las flores.

«Pasé 15 años conociéndome a mí mismo antes de servir la primera copa de ayahuasca».

Yo no me convertí en médico ancestral porque quise. Yo ya nací con eso, porque mi bisabuelo, tatarabuelo, abuelos y tíos eran grandes curanderos. Yo ya nací de esa cuna. Pasé quince años preparándome, quince años entendiendo, primero conmigo mismo, ¿quién soy yo? Entender qué son estas plantas, cómo puedo estar conectado con su espíritu, con las propiedades de estas plantas, para poder hacer su uso, cuál puede ser el respeto que yo puedo ofrecerles. Después de quince años recién pude invitar por lo menos a una dosis de ayahuasca a una persona.

Lo que a mí me preocupa y le preocupa a todo el mundo, y como organización mucho más aún hay gente occidental gente blanca, puede ser europeo o hispanohablantes, que no son indígenas o indios nativos que vienen y tras uno o dos meses regresan a su país diciendo: «Yo ya estoy autorizado para para servir ayahuasca». ¿Cómo puedes decir en un mes en dos meses tú ya puedes saber esto si apenas has conocido el gusto de la ayahuasca pero no conoces sus dimensiones, cómo trabaja, cómo funciona? En uno o dos meses ni siquiera sabes cuál es la profundidad de su efecto. Esto no lo haces en un mes o dos meses, ni en un año, ni en dos años. Te tienes que preparar. Entonces, ahí se equivoca, y mucha gente dice que recibió un mensaje, pues eso se llama alucinar, es por eso que hasta ahora sigue siendo considerada la ayahuasca como una planta alucinógena, pero para nosotros no.

Tenemos primero que saber qué traen nuestros pacientes. De repente, esa persona que está muy intoxicada, adicta al alcohol, a las drogas sintéticas, le das ayahuasca y en vez de mejorar lo vas a empeorar, y puede haber un choque o sobredosis, no por la ayahuasca sino por lo que está en su cuerpo, y puede ser fatal. Entonces, el verdadero curandero o el verdadero maestro médico ancestral tiene que saber hacer su trabajo como cualquier médico en su campo: analizar, profundizar, dar diagnóstico y ver todo el proceso.

«Todos somos personas, pero no todos somos seres humanos».

Si tu ambiente está lleno de cemento, tú nunca sentiste qué es la naturaleza, sólo sentiste la creación humana, pero nunca sentiste la creación divina. ¿Por qué crees que nuestra historia nos dice que los indios fuéramos recolectores de la naturaleza? La naturaleza nos daba todo: las frutas, los peces, los animales cazadores, pescadores, recolectores (…) Nosotros tenemos esa conciencia, y me pregunto si las personas que vienen de lejos de la Amazonía tendrán la misma conciencia. No la tienen. Habrán estudiado ecología y todo lo demás teóricamente, pero prácticamente hay un frío, hay un vacío. Entonces, eso nos lleva a cometer ciertas locuras, pero si nosotros podemos tener cierta conciencia, llegar hasta la Amazonía y sentir todo lo que los pueblos originarios sienten, estaremos volviendo a ser humanos. Todos somos personas, pero pocos somos seres humanos, porque el ser humano tiene sentimientos, tiene corazón, tiene amor, tiene paz, tiene tranquilidad.

«La ayahuasca se ha expandido, pero no en su totalidad: todavía conservamos muchos secretos bajo nuestros brazos».

La ayahuasca para muchos es nuestra vida, es nuestro conocimiento, es nuestro consejo, es nuestra escuela. Por tanto, sabiendo que esta medicina es tu vida, tienes que protegerla. Tú no puedes dejar tu casa toda abierta. Tienes que cuidar de ella. Nosotros vemos la ayahuasca como nuestra casa y por tanto tenemos que protegerla, la tenemos que cuidar, tenemos que conservarla bajo secreto. La ayahuasca se ha expandido, el conocimiento se ha expandido, pero no en la totalidad. Todavía conservamos muchos secretos bajo nuestros brazos.

Como decía mi abuelo, cuando tú trabajas la medicina en secreto tiene efecto y tú no puedes manifestar todo lo que es. La gente puede llegar hasta cierto nivel, pero nunca llegar a toda su esencia. Entonces, por eso la tenemos que proteger territorialmente dentro de la nación porque gracias a estas medicinas somos lo que somos: un pueblo resistente, un pueblo con fuerza o inteligencia. La ayahuasca es una planta muy inteligente, muy sabia, que te puede enseñar cosas muy interesantes, pero también pueden ser cosas muy feas, dependiendo de qué tipo de persona eres. Como decía mi abuelo, «si tú eres una persona de mal carácter, egoísta, celosa, negativa, nunca tomes ayahuasca».

Si tú eres una persona que te gusta ayudar, que tienes ese corazón abierto, grande, hágalo, porque la ayahuasca te va a abrir muchas cosas, porque la ayahuasca sabe que tú vas a ayudar a mucha gente.

«Hay un peligro que acecha a la ayahuasca: la apropiación espiritual».

Hay un peligro que estamos pasando en estos tiempos: la apropiación espiritual. Eso es un peligro; mucha gente está queriendo apropiarse de nuestra espiritualidad: «Yo fui autorizado por los shipibos, yo también canto en shipibo». Yo te puedo decir, hablando equivocadamente, usando palabras no adecuadas, pero publicándose en las redes sociales… Qué pena.

Por eso digo, tú no le puedes cantar a la ayahuasca en cualquier sitio o a cualquier hora del día. Tiene su momento, tiene su espacio, en qué momento tú le cantas a la ayahuasca.

«Queremos demostrar a la OMS que la ayahuasca no es una medicina alternativa, sino una medicina integrativa».

«Estamos trabajando con el fondo IMC, que es un fondo para la conservación de la medicina indígena, y con ICEERS. Hay un equipo muy grande donde van a estar los científicos, los médicos, antropólogos, biólogos, farmacólogos y donde también van a estar los médicos ancestrales especialistas en cada problema: ayahuasquero, succionador, traumatólogo, vegetalista, para hacer un trabajo conjunto y saber cuáles son los procesos que uno somete para un tratamiento con estas plantas, y demostrar a la Organización Mundial de la Salud y a todo el sistema mundial de la salud para que nuestra medicina no sólo siga siendo una medicina alternativa, sino que sea una medicina integrativa en todo este proceso de evolución». 

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