Juan Carlos de la Cal rememoró en Fuertedélica la primera ceremonia de ayahuasca que tuvo lugar en territorio español.
Hace 38 años, el lunes 18 de mayo de 1987, tuvo lugar en una casa en la Sierra de Madrid la primera toma de ayahuasca en territorio español. A este histórico evento acudieron seis personas, «la mayoría de ellos periodistas, como dato curioso», apunta Juan Carlos de la Cal, uno de los participantes.
Fue el hermano mayor de Juan Carlos, Paco de la Cal, quien viajó con la bebida, el ‘Daime’, sacramento de la religión del Santo Daime desde el remoto estado de Acre, en la selva amazónica de Brasil, hasta la sierra madrileña. De la Cal, periodista, y viajero, llevaba en aquel entonces cinco años viviendo en la comunidad del Ceu de Mapiá, fundada por Sebastián Mota –el padrino Sebastián– en la selva de Acre, a varios días de navegación de Río Branco, capital del estado y epicentro del movimiento del Santo Daime, surgido en los años 20 del siglo pasado en torno al Mestre Irineu.
La historia de esta legendaria primera toma (hasta que no se demuestre lo contrario) fue relatada por uno de los participantes, Juan Carlos de la Cal, durante la pasada edición de Fuertedélica, celebrada el pasado mes de noviembre en Fuerteventura, y que vuelve puntual a su cita el próximo mes de noviembre en Corralejo.
https://www.youtube.com/watch?v=kQXqYeNOtH4
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ToggleEl primer brindis
«El primer brindis, como dice mi hermano, fue en la fecha concreta del 18 de mayo de 1987, y tuvo lugar en una casa que tiene mi familia en la sierra de Madrid. Paco vivió en Mapiá durante 5 años y apareció por acá con su jarrita, nos presentó aquella bebida que me marcaría profundamente.
En aquel entonces no había móviles ni internet, así que no teníamos ni idea de lo que era la ayahuasca (…) Ahora hay mucha más información, lo cual es beneficioso, pero también puede ser un problema porque todo el mundo conoce las experiencias de otros: uno le dice que ha visto la virgen o que ha visto al ángel o que ha visto al duende o que ha visto a su abuela… y eso genera expectativa. Nosotros lo primero que le decimos a la gente es que por favor se olviden de todo lo que les han contado, porque se trata de una experiencia original y única. A mí me ayudó muchísimo, no tenía ni idea y tuve el viaje de mi vida. Todavía hoy, 37 años después, estoy comprendiendo cosas de aquella experiencia. Entendí que esto es un viaje infinito, es un viaje eterno, que no tiene fin, Es un viaje para siempre».

Una cinta de Pink Floyd
Los himnos del Santo Daime son tan importantes dentro de la liturgia de este movimiento sincrético como el propio sacramento, el ‘Daime’. En ellos residen las enseñanzas (‘los ensinos’) de los mestres, una suerte de códigos morales de conducta transmitidos en forma de canciones cantadas colectivamente al ritmo de la maraca.
Sin embargo, la ceremonia que relata Juan Carlos de la Cal comenzó con una banda sonora inesperada, más propia de un viaje de ácido que de uno de ayahuasca: una “cinta de Pink Floyd”:
«¿Por qué mi hermano Francisco escogió Pink Floyd? Por aquella época ya había pasado la época de ‘El Muro’ y todos aquellos discos épicos de la banda… así que hace poco me metí a ver qué pasaba con Pink Floyd. Encontré que un crítico de la época hablaba de que era música para comunicarse con los extraterrestres y que si un ser cósmico descendiese hoy sobre la Tierra y el ser humano tuviese que comunicarse con él, la mejor opción sería escoger un tema de Pink Floyd».
https://www.youtube.com/watch?v=JcfgJrHo9XA
Cara 2: el Mestre Irineu
«(…) Una vez con la calma, entró la música del Mestre Irineu que es el fundador del Santo Daime, hace un siglo ya. Irineu era un negro de dos metros, descendiente de esclavos, que le llevaron a la selva a recoger látex. El hombre tomó ayahuasca con los indios por primera vez, se cree que con los asháninkas en la frontera de Perú con Bolivia y fue a pedir prosperidad, fue a pedir dinero para que le sacaran de aquel infierno verde que era recoger látex en condiciones de semiesclavitud.
Entonces el hombre tuvo una visión con la con la Luna y una entidad femenina a la que llamó la Rainha da Floresta (…)
El Mestre Irineu es considerado el gran expansor de la ayahuasca en el mundo entero, como se reconoció en la conferencia de Río Branco (Brasil) en 2016. De hecho, Irineu recibió himnos que hablaban de “doctrinar” el mundo entero, sin entender por adoctrinar el sentido que tiene en Occidente, de comer el coco a alguien o ir con la cruz y la espalda, sino transmitir una línea de conocimiento espiritual y ecológico como es el Santo Daime».
https://www.youtube.com/watch?v=d3dXWkmnNyI
Ayahuasca en la post movida madrileña
«(…) Llegaron los hermanos menores de los hippies, personajes como Dacio Mingrone, llegó a nuestro entorno para hacer un puente entre la tradición y la psicodelica. En aquel contexto, en el Madrid de los 80 empezaron a llegar a nuestra casa gente como Iñaki Glutamato [recientemente fallecido], el batería de Los Secretos, artistas ligados con Nacho Vegas… se montó un movimiento muy interesante donde se empezaban a hacer “raves daimistas”, que empezaban como trabalhos de Santo Daime y acababan con mucha y buena música, no tanto orden, todos estaban honrados en buscar su cura y dejar el juicio fuera. Esto es lo que ha aportado el Santo Daime en estos primeros tiempos de la heroína y las drogas».
De ‘maconha’ a Santa María
«Los hippies fueron los que llevaron al Santo Daime la marihuana, es decir la Santa María, pues esta línea espiritual siempre ha sido muy ecléctica, abierta a influencias externas. Aquellos mochileros andaban buscando una utopía en libertad, en la naturaleza, y aquella comunidad (el Cielo de Mapiá) era como la aldea de Astérix, una comunidad, con un líder carismático, al druida Panoramix, el padrino Sebastián; la poción mágica, que era el Santo Daime y, sobre todo, este concepto de que “están locos estos romanos”, de que el mundo exterior está desnortado».
Epílogo: Claudio Naranjo y las ceremonias de Babia
«(…) Después llegaron los terapeutas aquellos grupos de Madrid, los terapeutas que venían de Babia, de Ignacio Martín Pollo, Claudio Naranjo, la gente del SAT… Toda aquella historia ya más conocida y más contada pues se juntó con nosotros en aquel grupo de hippy de Madrid.
Ellos nos aportaron seguridad y orden y nosotros les aportamos ese conocimiento del terreno, de la comunidad, del contacto de la Naturaleza de los indios con las plantas. Cuando llegó un momento que ya se acabó la fiesta y empieza la cura, unos salieron huyendo y otros empezaron a avanzar otras formas del camino».
Escucha aquí la charla completa de Juan Carlos de la Cal en Fuertedélica 24: ‘Ayahuasca, Natural Mente’.
Ya puedes comprar tu entrada para la próxima edición de Fuertedélica (8 y 9 de noviembre de 20025) en www.fuertedelica.org/entradas