¿Puede el regreso de Trump impulsar el renacimiento psicodélico?

La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha planteado interrogantes sobre el futuro de los psicodélicos en el ámbito de la salud mental. Una de las razones para el optimismo es la designación de Robert Kennedy Jr. (RKJ) como Secretario de Salud —equivalente a ministro de Sanidad—, declarado defensor de las terapias psicodélicas. 

Sin embargo, no hay que olvidar que Trump ha vuelto a la Casa Blanca impulsado por una mayoría conservadora y una nada desdeñable influencia evangélica del partido republicano, en principio reticente a cualquier avance en política de drogas. Un detallado artículo firmado por Josh Hardman en Psychedelic Alpha sostiene que, posiblemente, el nuevo gabinete ayude a «catalizar» la medicalización de los psicodélicos y la rebaja de las penas por su uso y tenencia. Es decir, que sirva para apuntalar un renacimiento psicodélico que se halla de capa caída tras el rechazo de la FDA a autorizar la MDMA como medicamento el pasado verano.

La nueva situación política de Estados Unidos será objeto de debate en la Conferencia Fuertedélica, que comienza en dos días en Corralejo (Fuerteventura).

Esperanza vs escepticismo

La configuración del nuevo gabinete de Trump, especialmente el nombramiento de RKJ al frente al Departamento de Salud, también ha sido analizada en los foros psicodélicos españoles, donde se respira una desigual mezcla de esperanza y escepticismo sobre el futuro inmediato de la investigación y la práctica clínica con psicodélicos. Uno de los participantes en este foro, el periodista y editor David Barba, recuerda que «los psicodélicos no son para todo el mundo», y que «a algunas personas les pueden potenciar el narcisismo y la psicopatía, como sucede con Musk y Thiel [cofundador de PayPal y donante del partido republicano]».

Una valoración desde EE.UU.

Hemos pedido a Albert Casasayas, profesor de la Universidad de Santa Clara en California y autor del libro Luces y sombras del renacimiento psicodélico, su opinión sobre el eventual efecto en la investigación psicodélica del segundo mandato de Trump:

¿Crees que el nuevo mandato de Trump va a servir para regularizar la medicina psicodélica?

Lo dudo bastante. El partido republicano se debe mucho a su base evangélica, que en principio es hostil a los psicoactivos ilegalizados. Es preciso apuntar que en estas últimas elecciones la mayoría de iniciativas estatales a favor de la liberalización de la política de drogas han fallado. Esto no pinta un futuro halagüeño para el liberacionismo psicoactivo.

¿Crees que es sincero el entusiasmo del ministro de sanidad, Robert Kennedy Jr., por las terapias alternativas, incluida la psicodélica?

Lamentablemente, RKJ ya ha sido nombrado ministro de salud. La sinceridad o no de una persona en una posición así es lo de menos cuando defiende y promueve un arco de conspiranoias bastante nocivas, como la fobia antivacunas, el negacionismo del sida, el escepticismo del covid y toda una serie de ideas bastante trasnochadas que parecen fundamentadas en una noción neoliberal de la salud como preferencia de consumo personal. De aplicarse estas ideas, representarían un peligro muy grave para la mayoría de la población. La legalización de los hongos psilocibios (altamente improbable) me parecería una magra ganancia si por otro lado tenemos un resurgimiento del sarampión y otras enfermedades letales como resultado de políticas irresponsables o inoperancia institucional.

¿Cómo es posible que la derecha abrace la psicodelia, un campo que fue refugio de la América contracultural y liberal?

La derecha que representa Trump es un fenómeno mucho más nuevo que lo que puedan representar Bush o Cheney (cuya hija, por cierto, hizo campaña a favor de Kamala Harris). Es cierto que los psicodélicos tienen la reputación de fomentar (en condiciones apropiadas) conductas prosociales y un mayor respeto por la naturaleza. A muchos nos han cambiado la vida a mejor. Pero la psicodelia, y, de hecho, los psicoactivos en general, no están necesariamente reñidos con valores reaccionarios, como lo testimonian las simpatías de personajes como Jordan Peterson o la panoplia de inversores de capital riesgo que están tratando de monetizar el llamado «renacimiento psicodélico». 

Reflexión final

Merece la pena leer el muy mentado artículo «Right-Wing Psychedelia» en Frontiers in Psychology (si excusamos algunas observaciones tendentes a la culpa por asociación), así como la pieza de opinión de Nicholas Langlitz, «Rightist Psychedelia», en Cultural Anthropology. Stanislav Grof llamó famosamente a los psicodélicos «amplificadores no específicos». Como la religión, los psicodélicos no te hacen por sí mismos mejor o peor persona, pero tal vez sí tienen la capacidad de potenciar inclinaciones preexistentes o, en conexión con técnicas de ingeniería social, fomentar actitudes tóxicas.

Con información de Psychedelic Alpha y Fuertedélica.